El camino

No camines delante de mí porque no podría seguirte.

No camines detrás de mí, porque podría perderte.

No camines debajo de mí, porque podría pisarte.

No camines encima de mí, porque podría sentir que me pesas.

Camina  a mi lado.

En darnos cuenta de que nadie puede recorrer el camino por nosotros tardamos, muchos de nosotros, toda una vida.
También es verdad, que el camino es más nutritivo si se recorre en compañía. Tan sólo depende de lo que queramos vivir en cada momento y de quienes sean los que están en cada momento.