jueves, 24 de septiembre de 2009

El Jardín de las delicias

Con el éxito que tuvo hace ya dos meses el post de los Siete Pecados, voy a escribir este otro siguiendo con otro cuadro de este mismo pintor holandés.
El Bosco nos dejó el tríptico pintado al óleo “El Jardín de las delicias”, su obra más conocida. En la actualidad, se puede contemplar en el Museo del Prado. Se considera una obra moralizante para la gente de la época.
Este cuadro ha tenido diferentes nombres:
  1. Una pintura sobre la variedad del mundo.
  2. Cuadro de las fresas,
  3. De los deleites carnales.
  4. Jardín de las delicias o De las delicias terrenales.


 El cuadro cerrado en su parte exterior alude al tercer día de la creación. Se representa un globo terráqueo, con la Tierra dentro de una esfera transparente, interpretado como la fragilidad del universo. Solo hay formas vegetales y minerales, no hay animales ni personas. Está pintado en tonos grises, blanco y negro, lo que se corresponde a un mundo sin el sol ni la luna, consiguiendo un contraste con el colorido interior.

 Al abrirse, el tríptico presenta, en el panel izquierdo, una imagen del paraíso donde se representa el último día de la creación, con Eva y Adán. En el panel central se representa la lujuria, donde aparece el acto sexual y es donde se descubren todo tipo de placeres carnales, que son la prueba de que el hombre había perdido la gracia. En el panel de la derecha se representa la condena en el infierno; en ella el pintor nos muestra un escenario apoteósico y cruel en el que el ser humano es condenado por su pecado.

 La estructura de la obra, en sí, también cuenta con un encuadre simbólico: al abrirse, realmente se cierra simbólicamente, porque en su contenido está el principio y el fin humano. El principio en la primera tabla, que representa el Génesis y el Paraíso, y el fin en la tercera, que representa el Infierno.

¿Cómo sería nuestro Paraíso hoy en día? ¿Tendría mucho que ver con éste transmitido a lo largo de los siglos a través de mitología Bíblica de Adán y Eva? Quizás nuestro Paraíso personal sea muy distinto. Quizás nuestro Paraíso no esté tan lejano de nuestros sueños y de la felicidad que anhelamos alcanzar, si es que no hemos llegado aún a alcanzarla.

No reflexiones más de la cuenta, simplemente déjate deleitar por estos mares, cielos, bosques y campos, pájaros, hombres y mujeres de este Jardín del Bosco.

Y sino, tienes ya dentro de nada a la venta "Buscando el Paríso" de Alejandro Sanz.

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